Como he dicho en varias ocasiones, los padres y la educación que recibes en casa son un factor importantísimo. En mi caso, me siento afortunada porque mis padres nos educaron por igual, tanto a mi hermano como a mí. Y, me dejaron elegir lo que yo quería hacer que era ir en moto, aunque era algo extraño en aquella época. De hecho, fue mi madre quien me apuntó a mi primera competición. Evidentemente de pequeña jamás imaginé que llegaría donde estoy ahora.
Desde siempre soy una apasionada del deporte de motor, y al haber dedicado mi carrera deportiva al trial, al enduro y al rally, desde pequeña me acostumbré a estar rodeada mayormente de chicos. Es verdad que al compartir aficiones y temas de conversación siempre me ha resultado fácil tener una buena relación con ellos. Por supuesto, también tengo amigas chicas que he conocido gracias a mi profesión, por lo que también tenemos muchas cosas en común con ellas.
A lo largo de mi carrera, sí que he tenido que oír comentarios y vivir algunas situaciones poco agradables por el hecho de ser chica, sobre todo cuando empecé a hacer buenos resultados, pero siempre he intentado transformarlos en energía positiva y nunca me impidieron hacer lo que yo quería hacer que era competir. No ha sido fácil, pues en algunas ocasiones tengo la sensación que he tenido que demostrar más, pero con mucho esfuerzo todo se consigue.
Me gusta ver que en este sentido vamos mejorando y que cada vez sea más común, y más normal ver a mujeres en el mundo del motor, pero de lo que más feliz me siento es de haber colaborado a que así sea.
Afortunadamente, con los años todo ha ido cambiando mucho y actualmente estoy en un equipo que me tratan de igual a igual con el resto de compañeros chicos, y siento que me respetan. Ellos saben tan bien como yo lo difícil que es llegar allí.
Me gusta ver que en este sentido vamos mejorando y que cada vez sea más común, y más normal ver a mujeres en el mundo del motor, pero de lo que más feliz me siento es de haber colaborado a que así sea. Hoy, cuando voy a ver alguna carrera de trial de niños y veo a tantas niñas, me enorgullece mucho haberles abierto camino.
Algunas veces aún me preguntan cómo es ser una mujer el vivac del Dakar, y en mi opinión no hay diferencia ser un hombre o una mujer. Estamos todos con las mismas condiciones allí. A veces somos nosotros mismos que nos ponemos las diferencias.
En mi opinión, los últimos años se ha demostrado que el deporte no entiende de género, que no hay cosas de niños o de niñas, es deporte, y con pasión, dedicación y esfuerzo puedes conseguir lo que te propongas.
Añadir comentario