El Museo Piaggio exhibe más de 250 modelos de la marca, un archivo histórico de 5.000 documentos y una sala de exposiciones por la que han pasado Dalí o Picasso.
Si uno está enamorado de su Vespa, no tiene ojos para otra. Un amor adolescente que se afianza con el paso de los años y madura descubriendo matices en sus seductoras curvas. Y cuando ocurre eso, uno debe realizar una peregrinación obligada al corazón de la Toscana. A una pequeña localidad de apenas 30.000 habitantes a pocos kilómetros de Pisa, cerca de la confluencia del río Era con el Arno. Donde emerge el templo al que peregrinan miles de ‘vespistas’ desde hace años. Un lugar de exhibición y culto, el Museo Piaggio en la histórica planta de Pontedera. El lugar donde se comenzó a producir a principios de los años 20 del pasado siglo el modelo de la entrañable y admirada Vespa.
Allí comenzó a fabricarse la histórica moto y allí puede verse un modelo de 1946. La Vespa más antigua del mundo, de la Serie 0, de la que se fabricaron 60 unidades. Conocida también como la preserie, es una Vespa de 98 centímetros cúbicos soldado completamente a mano que conserva la apariencia del legendario diseño fundacional de Corradino d’Ascanio. Motor de dos tiempos refrigerado por aire con caja de cambios de tres velocidades, luce el número de chasis 1003 y el número de motor 014. Una joya digna de ser contemplada por los ‘vespistas’ de cualquier rincón del mundo.
El Museo está ubicado en el antiguo almacén de herramientas, en la parte vieja de la planta, y contaba con más de 3.000 metros cuadrados de extensión. Un auténtico parque temático de la Vespa en el que perderse para paladear el aire cool de todo lo que rodea a este emblemático scooter. Inaugurado en el año 2000 este paseo por la historia de Vespa permite al visitante contemplar la evolución de la Vespa y conocer su influencia en la cultura y en la industria italiana y mundial durante el pase de los años.
Uno puede encontrarse con las colecciones más renombradas de Vespa y Gilera, además de conocer la amplia producción de Piaggio.
Entre lo más curioso, por desconocido para muchos de los visitantes, aparecen los motores aeronáuticos que construía la marca en los años 30, una locomotora de 1936 o el avión P148 de 1951.
También ocupan un lugar destacado en el museo los vehículos de servicio y transporte que producía la fábrica y que tanto éxito tuvieron en su tiempo. Vehículos como el Ape, el Pentaro o el Ciao. Aparte, por supuesto, de disfrutar de una completa visión de la evolución de los ciclomotores de la marca con modelos que van desde la legendaria Serie 0 a los modelos de la actualidad.
Se estima que ya han pasado por esta Ciudad Vespa más de un millón de visitantes, muchos de ellos conductores habituales de la mítica motocicleta italiana. Aficionados que se fotografían ante la cinematográfica Vespa 125 de 1951 utilizada por Audrey Hepburn y Gregory Peck en la película ‘Vacaciones en Roma‘.
O con el tridente de campeonas que deslumbraron al mundo. La Vespa Montlhéry, capaz de romper 17 récords mundiales en 1950; la Vespa Siluro, con la que Dino Mazzoncini batió el récord del kilómetro lanzado en 1951 a un promedio de 171,1 kilómetros la hora; o la Vespa ‘Seis Días’, ganadora de nueve medallas de oro en los Seis Días Internacionales de Varese de 1951. Tres Vespa emblemáticas de la historia de la marca.
Y también se puede disfrutar de la ‘Vespa Dalí‘, que cuenta con una curiosa intrahistoria. Esta, de fabricación española está considerada por muchos «la Vespa más preciosa del mundo».
El 25 de julio de 1962 dos estudiantes universitarios españoles, Antonio Veciana y Santiago Guillem, salieron de Madrid para completar una «gira mundial de Vespa en 79 días». La gira fue alentada por la compañía que fabricaba las motocicletas en España, Motovespa, que preparó el scooter y le ofreció el soporte técnico necesario. La Vespa se matriculó en Albacete, lo que empujó a los estudiantes a bautizarla como ‘Dulcinea‘ en honor a la musa de Don Quijote de La Mancha. Sin embargo, antes de partir, Veciana y Guillem fueron a Cadaqués, donde Salvador Dalí quiso decorar el cuerpo de la Vespa con su habitual surrealismo, poniendo su firma y el nombre de los estudiantes y de la inspiradora musa.
La Vespa inició poco después su aventura atravesando Francia, Italia (donde los estudiantes fueron recibidos por el Papa Juan XXIII), Grecia, Turquía, Irán, Afganistán, Pakistán, India, Singapur, Hong Kong, Japón, Estados Unidos, Gran Bretaña y nuevamente Francia, para regresar a Madrid el 12 de octubre, día de la Hispanidad. Esta es una de las joyas del museo.
Gilera tampoco se ha querido quedar atrás y muestra algunos modelos deslumbrantes en esta exhibición como la VT 317, la primera motocicleta construida por Giuseppe Gilera en 1909, la ultracompetitiva a Swallow de 1937 o la Saturno 500 Sport que diseñó en 1940 Giuseppe Salmaggi.
Pero, sin duda, la sala más concurrida en este espacio expositivo es la que muestra las pinturas, fotografías y esculturas dedicadas a la Vespa por artistas de renombre internacional. Un sitio en el que uno termina por conocer la verdadera dimensión de un scooter que trascendió a la carretera para convertirse en un referente social y cultural en el mundo. Una sala en la que el arte moderno está muy presente y las curvas vespistas ofrecen un suculento paseo por las corrientes culturales más seductoras y transgresoras. Aquí se han expuesto obras de Dalí, de Picasso y de la flor y nata del arte italiano contemporáneo como Burri, Nomellini, Viani, Pellizza da Volpedo, Fattori, Modigliani, Carrà, Signorini, Soffici, Spreafico, Nespolo…
Los más minuciosos pueden además bucear en los más de 5.000 documentos que alberga el archivo histórico de la marca. Proyectos, dibujos técnicos, impresos, películas, fotografías, campañas publicitarias… Todo queda recogido en más de una docena de colecciones que conserva perfectamente indexada la marca con los documentos más emblemáticos de Vespa en estos más de cien años de existencia. Renovado en 2018 con la ampliación de dos mil metros más, el Museo Piaggio ocupa hoy 5.000 metros cuadrados, con más de 250 piezas expuestas en la exhibición. Lo que le convierte en el museo italiano más grande y completo dedicado a vehículos de dos ruedas y uno de los mayores del sector automovilístico. Por ello en 2003, el Museo Piaggio y el Archivo Histórico fueron premiados como Mejor Museo y Mejor Archivo de Negocios en Italia, recibiendo ese mismo año el Premio de Negocios y Cultura.
El museo Piaggio es un lugar de culto, una peregrinación obligada para todos los ‘vespistas’ del mundo que encontrarán allí joyas históricas y conocerán detalles de la historia de su querida motocicleta.
Situado en el Viale Rinaldo Piaggio, 7, de Pontedera, solo cierra los lunes y un par de domingos al mes. Un sitio que sella par siempre el amor por esas curvas rotundas y sinuosas que muchos exhibimos con gusto cada día de nuestra vida.
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Fotos:
Vespa Vintage- Author: Smudge 9000 , Flickr
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