Hoy en día cualquiera de nosotros podemos ir a una tienda física o virtual y adquirir cualquier tipo de material para personalizar nuestra moto, desde escapes, luces y una lista interminable de accesorios. Todas estas variaciones de la originalidad de la moto adquieren un nombre dependiendo del estilo de acabado, de la moto. Podemos hablar de un Swap, performance o cualquier otro estilo, pero hoy os voy a contar la historia de un joven empresario de mucho éxito que se dedica en exclusividad a la preparación de Caferacer.
Chete, que así se llama nuestro protagonista, comenzó a la temprana edad de tres años a montar en moto, cuando su padre con buena voluntad le compró una “Piwi”, pensando que para él podría ser algo divertido y una forma de ocio. Pero al contrario de lo que pensaba el padre, aquel pasatiempo se transformó en una forma de vida para su hijo.
El pequeño Chete fue creciendo a la par que también crecían sus motos y su afición. Su limitación de edad le impedía circular con motos de manera legal, por tanto, competía en trial, algo que no terminó de llenarle por la pasividad del movimiento, pero que después solucionó cuando descubrió el motocross, a lo que le sacó un gran partido, ganando incluso campeonatos. Compaginaba esta categoría con el enduro, por supuesto, siempre acompañado de su padre.
Con el paso del tiempo, fue a EEUU a cursar sus estudios universitarios, con el esfuerzo económico que eso suponía para sus padres. Allí, sus sueños se vieron truncados al tener que separarse de las dos ruedas. Sin embargo, no se dio por vencido en sus objetivos y alternó estudios con trabajo; primero en empresas de servicio y poco después con un puesto que le ofrecieron en la marca Apple.
En cuanto tuvo la oportunidad, compró su primera Harley Davidson 883, y como no le gusta mucho su diseño, decide transformarla. Para ello le quita el guardabarros, las tapas, y los asientos para personalizarla con su firma. Le monta un asiento de madera, le rebaja la suspensión, y le cambia el color, pintando incluso los cromados, consiguiendo así una moto completamente customizada a su gusto.
La exhibición de su moto hizo que la gente más cercana generara una alarma social, hasta tal punto que en pocos meses recibió su primer encargo para personalizar una moto. Al no dar crédito a la noticia él, se detiene a analizarla y en este punto comienza su etapa de producción.
Finalizando la carrera pone en marcha todo su espíritu sobre este proyecto nuevo que se le viene encima, comienza a educarse en todo tipo de técnicas de construcción, en cuanto a soldaduras en los distintos materiales, los curtidos de tejidos, acabados de estética, y toda técnica que le pudiera ser de utilidad.
Hace un trabajo de campo contactando con los mejores profesionales del mundo, para el suministro de fibras, pieles y componentes. Elige el nombre de su empresa Cohn Racers y genera sus redes sociales. Con sus ahorros y el apoyo de amigos, uno de los cuales le cede un local para trabajar, compra sus dos primeros proyectos oficiales, a los que dedica la friolera de ocho meses de construcción, alternando estudios y trabajo con su proyecto.
Una vez terminadas, exhibió sus motos en sus redes y no llegó a pasar ni una semana desde su publicación hasta su venta. Esto le hizo crecer tanto y creer en él, que cuando terminó definitivamente los estudios, pidió la baja de la empresa de la manzana para volcarse de lleno en su sueño, las motos y su ilusión, transformarlas a su gusto.
A sus 25 años de edad, Chete es un referente mundial de las Caferacer y performance, ha creado una empresa con varios asalariados y muchos colaboradores del resto de países que le suministran los materiales.
Sus bases principales de motos son la Harley Davinson XR 1200 y las Triumph Bonneville, aunque no siempre ha trabajado sobre estas monturas. Hace un tiempo recibió el reconocimiento de varias revistas del sector por el trabajo que realizó en una Ducati.
Una de las cualidades que le hace destacar del resto de sus competidores son el nivel de acabado que tiene y los accesorios de primeras marcas, como brembo, Ohlins, tornillería de titanio, y muchos componentes más, con el fin de dar a sus clientes motos hechas a medida según su criterio.
Es tal el éxito de este joven que tiene lista de espera para la entrega de sus vehículos, a tal punto llega su popularidad que muchas celebridades de EEUU pasean por las calles con sus motos. Este año ha sido uno de los invitados del evento ruso Motovesna que se celebra en Krasnaya, Presna dedicado a la exhibición de Café racer, customización y performance.
Sin duda hoy por hoy podemos decir que Chete, es una de las estrellas del motociclismo que nos ha dado esta tierra. Aunque parezca que su proyecto se haya quedado aquí estancado, nos ha desvelado para la revista Pont Grup que está abriendo nuevas dimensiones del negocio y en breve abrirá la división de merchandising de su marca, desde aquí le deseamos todo lo mejor a él y a su empresa Cohn racers.
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