Reconozcámoslo, todos hemos querido ser James Bond en algún momento.

Conduces un Aston Martin, te alojas en hoteles de lujo siempre acompañado de mujeres atractivas y, sobre todo, destrozas sin pestañear todos los ingenios que Q ha diseñado para ti en su laboratorio secreto. Dejar de ser James Bond para volver a ser un tío normal, debe ser un trabajo harto difícil. Si no, que se lo pregunten a Sean Connery.

james bond

Truman Capote, cronista rosa oficial de la jet de Los Ángeles, dijo de él, literalmente: “arrogante gigante escocés con muchísimo estilo”. Y es que, para ser James Bond debes tener estilo hasta saliendo del baño. Si eres James Bond siempre tienes que llevar el smoking sin una sola arruga y, sobre todo, debes cuidar tu imagen pública de tipo duro y serio, no vayan a pensar que eres un espía de pacotilla.  En preservar su reputación de elegante galán y atlético espía es en lo que pensó Sean Connery, cuando leyó el guion de Un puente lejano en el que debía interpretar al general de la 1ª brigada paracaidista del ejército británico, Roy Urquhart.

Un puente lejano (A Bridge Too Far, 1977) se basaba en el libro homónimo de Cornelius Ryan, publicado en 1974 que trata de la Operación Market Garden, una fallida operación militar del 17 a 25 de septiembre de 1944 de las Fuerzas Aliadas durante la Segunda Guerra Mundial.

Era una súper producción con un reparto estelar: Dirk Bogarde, James Caan, Michael Caine, Elliott Gould, Edward Fox, Gene Hackman, Anthony Hopkins, Robert Redford y Ryan O’Neal. Entre tanta estrella, Connery tenía un papel relevante. Su personaje era un oficial escocés al mando de una brigada paracaidista, que sería lanzada a 100 km detrás de las líneas alemanas cerca de Arhem, una ciudad holandesa con un gran puente sobre el Rhin. Los paracaidistas debían tomarlo intacto y asegurarlo. Luego debían atrincherarse y esperar a los refuerzos que llegarían dos días después por tierra. Pero los tanques nunca llegarían y Urquhart (Connery) se quedó aislado y rodeado por las temibles divisiones Panzer.

Operacion Puente lejano guerra

En 1977 Connery estaba en el cénit de su carrera. Su caché y reputación de galán estaban por las nubes. Tanto era así, que se hizo hacer los uniformes para la película en su sastre de Londres. Por eso, quizás, la túnica de camuflaje le sentaba mucho mejor que a Anthony Hopkins y, por supuesto, que a Michael Caine, quien nunca ha tenido un porte demasiado marcial, que digamos. En vez de casco de acero prefirió ataviarse con la glamurosa red beret, la famosa boina roja tan típicamente inglesa que, realmente, favorecía más. Creo que no ha habido ningún soldado en la Historia más preocupado por su aspecto.

En una escena concreta debía escaparse de las ráfagas de las ametralladoras enemigas conduciendo un parascooter Welbike. “I look bloody ridiculous on that toy!” (¡me veo ridículo montado en ese juguete!) gritó en medio del set de rodaje al director Richard Attemborough y se negó a rodarlo.

las motos mas valientes del ejercito

La verdad es que la moto era verdaderamente pequeña y el contraste con su gran estatura y envergadura destrozaba el mito de “el hombre más sexy del mundo”. Parecía, más bien, un oso montado en una bici dando vueltas a una pista de circo. Y James Bond nunca haría eso.

El verdadero Robert Edward Urquhart, veterano de Market Garden, era uno de los consultores militares de la película y no le interesaba demasiado el cine, así que no sabía quién era Sean Connery (tampoco entendía por qué sus hijas se acercaban tan a menudo al rodaje…) y no dudó en encararse a él para pedirle que rectificara. “This is the bravest motocycle of the entire British Army!”, escupió sulfurado a dos centímetros de su cara. La tensión creció entre los dos escoceses y una pelea al estilo del regimiento (a guantazo limpio) parecía inevitable. Finalmente Connery, accedió a rodar la escena aunque Attemborough no la incluyó en el metraje final.

segunda guerra mundial

El parascooter Welbike fue un invento diseñado por un equipo ultrasecreto, en el Special Operations Executive (SOE). Un boureau encargado de formar espías y células de resistencia infiltradas en la retaguardia enemiga, y cuya finalidad era sembrar el caos con acciones de guerrilla. Algo parecido al MI6 y al agente secreto con licencia para matar de Ian Fleming. Los laboratorios de pruebas, Station IX, estaban situados en The Frythe Estate, una lujosa mansión victoriana en Welwyn, a menos de una hora de Londres. Allí se diseñaron armas y artefactos que no tenían nada que envidiar a los diseñados por Q como el bolígrafo detonador, la minipistola con silenciador Welrod, la pistola de manga (sí, como la que se fabrica Travis en Taxi driver), el submarino de bolsillo y la canoa sumergible Welman o la metralleta desmontable Welgun.

La mini motocicleta desmontable Welbike también fue diseñada allí, y fue producida en masa por Excelsior Ltd en Coventry.

La idea del SOE era dotar a las divisiones de paracaidistas de estas motocicletas, para moverse rápidamente entre la líneas enemigas y así mantener siempre la iniciativa y el efecto sorpresa. El manillar y el asiento eran desmontables, para que cupieran en un contenedor con paracaídas.

WelbikeEl motor era un pequeño 98cc de una marcha, tenía un solo freno en la rueda de atrás y en total no pesaba más de 32kg. Aunque en principio parecía una buena idea, en la práctica no resultó muy útil. Las pequeñas ruedas no eran ideales para andar campo a través, ni por las carreteras destrozadas del frente, y las tropas la cambiaban por medios de transporte más eficaces, como ir a pie o en bicicleta robada… Aun así, demostraron ser muy eficaces en labores de correo y enlace entre batallones.

Cuando Urquhart, ofendido, aseguró que era la moto más valiente del ejército, lo dijo con eterna gratitud, pues fue gracias a una Welbike que su puesto de mando estuvo en permanente contacto con las tropas diseminadas por los alrededores de Arhem cuando todas las comunicaciones por radio fallaron.

Hemos visto a Bond con inventos muchísimo más ridículos que la Welbike, como el crocodrilesuit de Octopussy (1983) o el iceberg-submarino con sofá incorporado, para acostarse con espías rubias y guapas de Panorama para matar (1985). Pero claro, ese Bond un pelín hortera era Roger Moore, el peor Bond de todos. Así que para que eso de “mi name is Bond, James Bond” suene más o menos creíble e impresione al personal (mayormente femenino), hay que tener un mínimo de vergüenza torera y no subirse a inventos raros.

 

Fuente foto Destacada: Licencia CC Attribution-Share Alike 2.0; Autor: Johan Oomen
Fuente foto de Sean Connery: Licencia CC Attribution-Share Alike 3.0; Autor: Mieremet, Rob / Anefo
Fuente foto del puente  (2ºGM): Public_domain; Autor: Desconocido Post-trabajo: Usuario: W.woln
Fuente foto del puente (actualidad): Licencia CC Attribution-Share Alike 3.0; Autor: DoubleH
Fuente foto del soldado del Ejército Británico: Public_domain; Autor: Spender (Lt), fotógrafo oficial de War Office
Fuente foto del Ejército Británico: Public_domain; Autor: Mapham J (Sgt), fotógrafo oficial de War Office
Fuente foto de Welbike Motorcycle: Licencia CC Attribution-Share Alike 4.0 International; Autor: Skaarup.HA

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Carlos De Javier

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