Pasa a veces que la ciencia ficción no se desarrolla en un futuro lejano o en un mundo paralelo, sino que ocurre en nuestras vidas delante de nuestros ojos, y no le prestamos atención.
[bt_section][bt_row][bt_column width=»1/2″][bt_text]

Lunes 6 de noviembre de 1.989. 8:15h de la mañana. En el colegio no se hablaba de otra cosa: el Real Madrid, en la siempre complicada visita a San Sebastián, se había dejado los 2 puntos, mientras que el Barcelona lograba vencer al Celta por 1-2 y recortaba distancias en la clasificación de la liga, acercándose a un sólo punto de diferencia. No podía haber nada más importante en la mente de toda la chavalería en ese momento….

Esa guerra, sin embargo, no iba conmigo. Yo, en vez de llevar la carpeta forrada de fotos de Butragueño, Hugo Sánchez o Koeman, la llevaba de fotos de mis pilotos favoritos: schwantz, spencer, lawson, garriga… era lo que tenía ser, el “rarito” de la clase.

[/bt_text][/bt_column][bt_column width=»1/2″][bt_text]

Ya en aquélla época casi prepúber, inconscientemente, había cosas que no era capaz de asimilar. Lógicamente, si a la mayoría de la gente le gustaba, era de suponer que el que estaba equivocado era yo. Y me refiero a multitud de cosas: no soportaba esos vaqueros láser o nevados subidos hasta los sobacos, tan de moda en esa época, con las cazadoras (también láser) con el cuello forrado de borreguito, a juego. Tampoco el pelo cardado de las compañeras de clase, los bajos de los pantalones subidos como para cruzar un río… Vamos, que cuando veo las fotos ochenteras no me sorprendo y pienso: igual de feas que lo que pensaba cuando se hizo la foto…

[/bt_text][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_hr top_spaced=»topMediumSpaced» bottom_spaced=»not-spaced» transparent_border=»noBorder» el_class=»» el_style=»»][/bt_hr][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″ align=»center» vertical_align=»inherit» border=»no_border» cell_padding=»default» animation=»no_animation» highlight=»no_highlight» background_color=»» transparent=»» inner_background_color=»» background_image=»» el_class=»» el_style=»»][bt_image image=»7543″ caption_text=»» caption_title=»» show_titles=»no» size=»full» shape=»square» hover_type=»btDefaultHoverType» url=»» target=»_self» el_class=»» el_style=»»][/bt_image][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_text]

Yamaha Morpho

[/bt_text][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_hr top_spaced=»topMediumSpaced» bottom_spaced=»not-spaced» transparent_border=»noBorder» el_class=»» el_style=»»][/bt_hr][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/2″][bt_text]

Pero no sólo en la moda de la ropa había cosas feas, en casi todo había cosas muy feas: ¿a quién le podía gustar el diseño del Opel Kadett, el Renault Supercinco o el Citröen C-15? Y si hablamos de motos feas, también había para aburrir: Kawasaki GPZ400, Honda CBR 1000, Yamaha SR 250 Special, Motoguzzi California, BMW K1 (hiperdeportiva???)… sin entrar en los ciclomotores: Derbi Variant, Peugeot st50, Puch Monza… Puch Monza! ¿a alguien le podía gustar la “deportiva” Puch Monza? Ni siquiera el efecto amnésico y romántico del paso del tiempo consigue que pueda mirar a la Puch Monza a la cara sin pensar: ¡qué fea eras!

Alcanzar el nivel de vintage no está al alcance de cualquiera. Lo que en su día era feo, seguirá siendo feo hoy.

[/bt_text][/bt_column][bt_column width=»1/2″][bt_text]

“¡Dios mío! ¿qué es eso??? (…) Ante un mar de diseños vulgares, antiguos, rutinarios, apareció algo que, para mí, era pura ciencia ficción: el prototipo Yamaha Morpho…”

Bueno, a lo que íbamos, el Real Madrid había perdido y… ¡Dios mío!, ¿qué es eso??? De pronto, vi publicadas unas fotos del Salón de Tokio de 1989 y mis ojos no podían dar crédito a lo que estaban viendo. Ante un mar de diseños vulgares, antiguos, rutinarios, apareció algo que, para mí, era pura ciencia ficción: el prototipo Yamaha Morpho, un antes y un después en el arte del diseño.

[/bt_text][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_hr top_spaced=»topMediumSpaced» bottom_spaced=»not-spaced» transparent_border=»noBorder» el_class=»» el_style=»»][/bt_hr][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″ align=»center» vertical_align=»inherit» border=»no_border» cell_padding=»default» animation=»no_animation» highlight=»no_highlight» background_color=»» transparent=»» inner_background_color=»» background_image=»» el_class=»» el_style=»»][bt_image image=»7537″ caption_text=»» caption_title=»» show_titles=»no» size=»full» shape=»square» hover_type=»btDefaultHoverType» url=»» target=»_self» el_class=»» el_style=»»][/bt_image][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_text]

Yamaha V-Max

[/bt_text][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_hr top_spaced=»topMediumSpaced» bottom_spaced=»not-spaced» transparent_border=»noBorder» el_class=»» el_style=»»][/bt_hr][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/2″][bt_text]

Yamaha había encargado el diseño de la Morpho al estudio GK Design y al frente del mismo estaba Kenji Ekuan, ingeniero industrial recientemente fallecido y responsable de otras maravillas del diseño, como la Yamaha V-Max.

Yamaha tuvo la visión de crear la primera moto polivalente de la historia, con novedades tecnológicas que prácticamente eran impensables en la época. Todo era regulable: la altura del asiento, la posición de las estriberas, la altura y apertura de los semi-manillares (mediante un curioso sistema de chasis/pipa dirección basculantes), lo que permitía transformar una simple moto turística en toda una deportiva apenas tocando un botón.

Igualmente, aportaba otras muchas soluciones técnicas que, en aquélla época,

[/bt_text][/bt_column][bt_column width=»1/2″][bt_text]

eran prácticamente inimaginables: disco trasero de freno junto a la corona de la cadena, suspensión monobrazo delantera con amortiguador horizontal por debajo de motor, luces integradas en los laterales del carenado, escape corto por debajo de la quilla, semi-manillares hidrau… espera, espera, espera… ¿Ciencia Ficción? ¿Seguro?

Ahora que lo pienso, esa misma horquilla delantera la vi unos años más tarde en la Yamaha GTS 1000, con chasis omega. Y ese amortiguador inferior es muy similar al de la Yamaha MT01. Y ese escape corto, por debajo del motor, lo llevan casi todas las deportivas y Naked Yamaha de hoy día… Incluso la M1 de Rossi! Y esos faros redondos en los laterales del carenado, ¿dónde los he visto yo hace poco…? Efectivamente, en la actual Yamaha YZF R1 de 2.015

[/bt_text][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_hr top_spaced=»topMediumSpaced» bottom_spaced=»not-spaced» transparent_border=»noBorder» el_class=»» el_style=»»][/bt_hr][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″ align=»center» vertical_align=»inherit» border=»no_border» cell_padding=»default» animation=»no_animation» highlight=»no_highlight» background_color=»» transparent=»» inner_background_color=»» background_image=»» el_class=»» el_style=»»][bt_image image=»7536″ caption_text=»» caption_title=»» show_titles=»no» size=»full» shape=»square» hover_type=»btDefaultHoverType» url=»» target=»_self» el_class=»» el_style=»»][/bt_image][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_text]

Yamaha R1

[/bt_text][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_hr top_spaced=»topMediumSpaced» bottom_spaced=»not-spaced» transparent_border=»noBorder» el_class=»» el_style=»»][/bt_hr][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_text]

¿Casualidad? Puede ser… O también puede que se deba a que el diseño de la nueva Yamaha R1 fue encargado también a GK Design, la misma empresa encargada del desarrollo de la Morpho. Parece que los desarrollos tecnológicos aplicados a la Morpho hace más de 25 años todavía se pueden presentar como novedades hoy día

Felicidades Ekuan San. Cuando un diseño es bueno, es invulnerable al paso del tiempo.

Este artículo va dedicado a su memoria.

[/bt_text][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_hr top_spaced=»topMediumSpaced» bottom_spaced=»not-spaced» transparent_border=»noBorder» el_class=»» el_style=»»][/bt_hr][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_text]

Fuente foto Destacada: Licencia CC Attribution-Share Alike 3.0; Autor: Nitot
Fuente foto Yamaha Morpho: Licencia CC Attribution-Share Alike 3.0; Autor: Piero

[/bt_text][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_hr top_spaced=»topMediumSpaced» bottom_spaced=»not-spaced» transparent_border=»noBorder» el_class=»» el_style=»»][/bt_hr][/bt_column][/bt_row][bt_row][bt_column width=»1/1″][bt_text]
Valora este artículo sobre la ciencia ficción a veces, es historia.
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (18 votos, promedio: 4,77 de 5)
Cargando... [/bt_text][/bt_column][/bt_row][/bt_section]

Club Pont Grup Magazine

Ver todos

Añadir comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.