El principio motriz es muy simple: un rotor triangular gira dentro de una carcasa especialmente diseñada realizando las mismas funciones que los pistones de un motor convencional, pero reduciendo peso y número de partes móviles. En la década de los sesenta parecía que el rotor Wankel iba a ser la innovación definitiva en la industria de la automoción. Incluso el gigante americano de la aeronáutica Curtiss -Wright se interesó por el novedoso motor. Pero el elevado consumo de combustible y aceite certificó la (casi) defunción de todos los proyectos Wankel durante la crisis de los setenta y solo Mazda siguió adelante con el birrotor montado en sus deportivos MX-8, fabricado sin interrupción hasta 2012.
“Herr Keppler, con mi motor propulsando un panzer, seríamos amos de Europa en un año”. Así de categórico se mostró Félix Wankel con Wilhelm Von Keppler, miembro de las SS y asesor financiero de Hitler, en un míting del NSDAP. Wankel estaba convencido del poder tecnológico suprior de la Alemania aria para dominar el mundo y de la superioridad de su invento.
Albert Speer, ministro de armamento del III Reich, dedicó importantes sumas de dinero al proyecto Wankel que parecía, sobre el papel, el motor de explosión definitivo.
Está más que demostrado el activismo político de Felix Wankel y su pertenencia al partido Nazi. De hecho, hay fotos en las que aparece ataviado con una esvástica en el brazo saludando muy amigablemente al mismísimo Himmler. Los “Rotaristas” o devotos del motor rotativo, excusan su pasado argumentando que Wankel fue un incomprendido ya que tuvo que estrechar sus lazos con la élite Nazi para conseguir subvenciones y seguir trabajando en el desarrollo del motor. No parece que ese arriesgado pacto con el Diablo le sirviese de mucho porque Hitler en persona ordenó desviar toda la investigación únicamente a proyectos armamentísticos. Al final de la guerra Felix Wankel fue procesado y cumplió condena por ayudar al esfuerzo bélico del III Reich con el agravante de pertenecer al partido.
La idea de un motor que, al tener menos partes móviles era más fácil de construir en masa que el motor convencional, sedujo definitivamente a los japoneses. Suzuki se lanzó de pleno en el proyecto RE5 Wankel. Nunca se había destinado en un solo modelo tanto tiempo de desarrollo ni tanto dinero: sólo en él se registraron veinte patentes. En 1974 la RE5 era presentada como la punta de lanza tecnológica de la marca de Hammamatsu. La publicidad aseguraba que su potente motor funcionaba suave y silenciosamente, sin apenas vibraciones. Estaban absolutamente convencidos de que los aficionados al motociclismo y los locos por la técnica arrasarían los concesionarios.
Pero la moto era demasiado pesada (233kg), demasiado glotona (nunca consiguieron arreglar los problemas de consumo excesivo), demasiado lenta y demasiado rara (tenía un delirante cockpit cilíndrico diseñado por el italiano Giorgetto Giugaro). La RE5 nunca atrajo a los fanáticos del touring y del confort ni a los locos de la velocidad y se convirtió rápidamente en género invendible. Ni siquiera el posterior restyling consiguió levantar las ventas que seguían muy por debajo de las previsiones. En 1976 cesaron la producción de la primera y única Suzuki rotativa.
Los «Rotaristas» culpan, aún hoy, a BMW de un boicot contra el motor Wankel. Se apoyan en la falsa teoría de que la marca bávara quiso desvincularse de su pasado Nazi ensuciando la imagen del inventor autodidacta y de paso, eliminar una potencial competencia. Lo cierto es que en la Alemania de la totaler krieg todas las marcas contribuyeron significativamente al esfuerzo bélico. Además, al acabar la guerra BMW investigó con diversos motores «anticrisis» y entre ellos estaba el rotativo. Sacó al mercado la R60 con motor Wankel fabricado por Sachs, pero las prestaciones y el consumo de gasolina eran realmente decepcionantes y BMW abandonó el proyecto.
NSU, MZ, Hercules, Motoprom, Yamaha, Honda, Suzuki, Van Veen, y hasta BSA/Norton han experimentado con el motor rotativo en algún momento y todas han cancelado los proyectos. El ingenio de Wankel sigue siendo el motor de combustión perfecto sobre el papel. Su simplicidad debería ser una ventaja para los constructores y el hecho de eliminar ruido y vibraciones debería ser una gran ventaja, pero no parece ser del agrado de los aficionados a las motos. ¿Quizá porque nos gusta sentir que tenemos algo entre las piernas?
Fuente foto Destacada: Licencia CC Attribution-Share Alike 4.0 International; Autor: Michael Barera
Fuente foto Wankel Rotary: Licencia CC Attribution-Share Alike 3.0; Autor: Lyonessj
Añadir comentario