No. El mejor libro jamás escrito sobre motos, moteros y motociclismo no es Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta, de Robert M. Pirsig. En realidad, el título engaña. Porque Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta ni siquiera es un libro sobre motos. En sentido estricto, Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta es un libro de filosofía. Por su peso en la narración, la moto del título bien podría ser un caballo de raza árabe. O un Pontiac Firebird del 77. O una novia de alto mantenimiento (y entonces Zen y el arte del mantenimiento de la novia sería aclamado como el mejor libro jamás escrito sobre las relaciones de pareja).
El mejor libro sobre motos jamás escrito es, sin duda alguna, Los viajes de Júpiter. Su autor es el periodista británico Ted Simon, que en 1973, a los 42 años y patrocinado por el diario británico Sunday Times, arrancó su moto Triumph Tiger 100 para recorrer más de cien mil kilómetros a través de cuarenta y cinco países. Su viaje empezó en Londres y acabó en la misma ciudad, cuatro años después, tras haber cruzado Túnez, Egipto, Sudán, Zambia, Sudáfrica, Mozambique, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Nicaragua, Estados Unidos, Australia, Malasia, India, Sri Lanka, Afganistán, Irán, Turquía, Grecia, Yugoslavia, Alemania y Francia, entre muchos otros países.
Los viajes de Júpiter se lee como una novela de aventuras. Tan extraña e impensable era la idea de un británico dando la vuelta al mundo en solitario a lomos de una moto que Simon fue encarcelado en Brasil tras ser considerado sospechoso de espionaje. Un encarcelamiento lo suficientemente atroz como para que Simon se convenciera, en uno de esos arrebatos de lucidez que suelen darse en las peores derrotas, que en determinadas circunstancias la muerte no es ni de lejos la peor de las opciones posibles.
Y la de Brasil, por cierto, no es la menor de las aventuras descritas por Simon en su libro.
Tan impresionante, en definitiva, fue la odisea de Simon (llevada a cabo en un momento en el que el mundo era un lugar mucho más inhóspito e inseguro que ahora) que como señal de respeto hacia el británico todos los viajes en moto posteriores a su hazaña deberían medirse en una unidad de medida creada y bautizada en su honor: el jupiterino. El jupiterino sería el equivalente del prototipo internacional del kilogramo que se guarda en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas de Sèvres (Francia). Solo que en vez de servir como referente para la determinación del peso exacto de un kilo, el jupiterino permitiría determinar el peso de un viaje motero cualquiera.
¿Cómo funcionaría el jupiterino? El viaje original de Ted Simon equivaldría a mil jupiterinos. Un viaje convencional entre Madrid y Barcelona podría tener un valor de, pongamos, diez jupiterinos. Uno entre Madrid y París equivaldría a veinte o treinta jupiterinos. Sólo los viajes intercontinentales superarían los cien o doscientos jupiterinos. Y ningún viaje, por largo y arriesgado que fuera, podría superar jamás los mil jupiterinos, aunque sí se podría superar esa cifra acumulando los jupiterinos de varios viajes intercontinentales.
La travesía descrita por Simon en Los viajes de Júpiter no puede entenderse sin dos libros posteriores. El primero de ellos es Sobre ruedas. Más allá de Los viajes de Júpiter, concebido como complemento a Los viajes de Júpiter y en el que el periodista narra algunas de las experiencias de su viaje no descritas por diversas razones en su libro anterior.
El segundo (y más importante) es Los sueños de Jupiter. En este libro, publicado en 2007, Simon repite a sus casi setenta años el viaje realizado treinta años antes, aunque esta vez a lomos de una BMW R80 GS bastante más cómoda y fiable que su Triumph Tiger 100. Y este libro, paradójicamente, sí mantiene más de una semejanza con Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta. Porque Los sueños de Jupiter no es tanto la narración de un segundo viaje (concebido a imagen y semejanza del viaje original de Simon) como una experiencia más filosófica que estrictamente aventurera. Los sueños de Jupiter es un libro sobre el paso del tiempo. Sobre el éxito, sí, y la derrota.
Durante este segundo viaje, Simon busca a sus viejos conocidos. Son aquellas personas a las que conoció hace treinta años y de las que ha perdido la pista. Casi ninguno de ellos sigue donde él lo vio por última vez. Muchos han muerto. Otros ya no viven allí. Unos pocos han caído en desgracia. El Gran Viajero, el hombre que cruzó el planeta a lomos de una moto empujado por sus ansias de libertad y de aventura, se siente frustrado al descubrir que nada permanece y que todo cambia. Que es imposible repetir las experiencias del pasado (un místico diría que eso es tan absurdo como pretender bañarse dos veces en el mismo río) y que son nuestras propias memorias, el hecho de que hayamos vivido determinadas experiencias en el pasado, lo que impide que podamos vivir esas mismas experiencias de nuevo. Al menos con la misma intensidad con las que la vivimos por primera vez. Que el desencanto es tan inevitable como la muerte y que, como explica a su llegada a Sudamérica, un hombre de setenta años jamás despertará el mismo interés en las mujeres que un hombre de cuarenta años. Que el mundo ha cambiado en la dirección de la homogenización y que las playas vacías de antaño rebosan turistas por todos sus costados. Que los antiguos pueblos con encanto son ahora vertederos, o ciudades abarrotadas, o montajes teatrales para viajeros acomodados, y que una cultura, la suya, la occidental, ha vencido incluso en aquellos países en los que más se la rechaza, convirtiendo a todas las demás en simples imitadoras.
Y todo eso en un periodo de apenas treinta años. Ted Simon ni siquiera sabía conducir motos cuando decidió emprender su viaje en 1973 por un motivo tan prosaico como la crisis de los cuarenta. “Estaba dispuesto a dar mi vida por ello. Estaba preparado para creer que no iba a salir vivo de ahí”. Del viaje de su vida, Simon salió vivo. Y escribió un libro para recordárselo a sí mismo. Treinta años después, Simon descubrió que de donde no se sale vivo es de la vida. Y escribió otro libro para recordárnoslo a nosotros.
Si eso no es una vida exitosa, yo ya no sé lo que lo es.
Fuente foto Destacada: Licencia CC Attribution-Share Alike 4.0 International; Autor: Axelode
Fuente foto Triumph Tiger 100: Licencia CC Attribution-Share Alike 2.0; Autor: David Merrett
Fuente foto mapa: Licencia CC Attribution-Share Alike 4.0 International; Autor: Psemper
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